martes, 3 de mayo de 2011

3.1 ANTROPOLOGISMO Naturaleza del Hombre



Desde la antigüedad, la pregunta acerca de la naturaleza humana ha sido digno objeto de meditación filosófica.

A lo largo del desarrollo general de la Filosofía antropológica, el bello deseo por descubrir la esencia del hombre se ha quedado sólo en intento. En sus inicios, la Filosofía griega se interesó por el estudio racional del mundo físico, por los principios ordenadores del cosmos. Paralelo a este interés hay otra preocupación: la naturaleza o esencia del hombre. Por ejemplo, en Heráclito encontramos su expresión: “Me he buscado a mí mismo”. Ello nos da una idea del interés del hombre por el hombre mismo desde antaño.

Posteriormente, Sócrates daría una respuesta a la pregunta relacionada con la esencia del hombre, afirmando que es una criatura en busca constante de sí misma, que en todo momento de su existencia tiene que examinar y hacer el análisis de las condiciones de la vida. Es el ser que sí se hace una pregunta racional, dando una respuesta racional. Tal respuesta no es definitiva, como lo veremos enseguida. Es conveniente indicar la necesaria resolución, puesto que de dicho conocimiento el ser humano podrá tener un mejor contacto con el mundo exterior; obtener elementos que le permitan disfrutar de su más amplia realización como ser humano.

En la historia de la Filosofía antropológica se encuentran otras actitudes. Una de ellas es la del escéptico, quien al negar y destruir la certeza objetiva del mundo externo, pretende conducir sus pensamientos hacia sí mismo y, de esta manera, pensar que ha logrado su realización, para suponer que ha llegado al conocimiento de él mismo. Siguiendo esta vía, jamás se llegará a una visión que abarque la naturaleza del hombre, El conocimiento de las emociones, sentimientos y pensamientos es sólo una pauta para comprender la complejidad de la psicología humana.

Ernst Cassirer, en su obra Antropología filosófica, hace referencia al filósofo empirista Hipólito Taine, quien pretende comparar la metamorfosis de un insecto con la transformación de Francia; el problema que se presenta con el hombre es que sus pensamientos y voluntad se encuentran en diferentes niveles y no se pueden clasificar ni sistematizar como lo exige la ciencia. Cassirer afirma que los pensadores nos han proporcionado un cuadro especial de la naturaleza humana, un marco general. Lo anterior da lugar a una diversidad de opiniones. En el siglo XIX Nietzsche proclama la voluntad de poderío, la ambición del hombre por obtener poder; se lucha y vive por el poder. Otros pensadores destacan otras características tales como la sexualidad, la economía, etc.

En fin, hay un anarquismo de pensamientos; no obstante este problema, es necesario descubrir la naturaleza del hombre, puesto que de esta manera podrá disfrutar de su realización como ser humano. Afirma Cassirer: “En sus sentimientos, inclinaciones, ideas y pensamientos, en su producción de obra de arte, el hombre sigue este círculo mágico, sin poder salir de él”

Una filosofía de la cultura trata de comprender los hechos como un sistema, un todo orgánico. Pues gozamos de polifonía y policromía de la naturaleza humana. Conviene considerarlas estructuras especificas de las formas simbólicas y del mito, del lenguaje, de la religión, la historia y la ciencia. Analizar que si existe un equilibrio dinámico. Es el resultado de una lucha entre fuerzas opuestas.



A diferencia de los animales; en el hombre se da una sociedad de acción, pensamiento y sentimiento. Pero es en el medio de vida social donde el hombre se puede encontrar en sí mismo, casi todas las formas de la cultura al lograr su desenvolvimiento y expresar su vida, propaga sus obras.

Su pensamiento mítico y religioso es pensamiento tradicional ya que también encontramos un avance continuo en la dirección opuesta que se da poco a poco para surgir una religión fresca de la vida moral y religiosa. En el campo del lenguaje sucede el mismo proceso fundamental. Para la comunicación necesitamos reglas estrictas. Pero podemos percibir claramente la presencia de dos tendencias que constituyen dos elementos y condiciones de la vida del lenguaje, pues se equilibran y cumplen su función; la comunicación. A partir de una forma activa y productiva. A través de cambios lentos y continuos que son trasmitidos de padres a hijos.

Lo mismo sucede en el arte, las mismas formas son trasmitidas de una generación en otra, la poesía en su práctica, provoca una fisura en la historia del lenguaje. No hay que olvidar que la cultura humana, en conjunto, se puede describir como el proceso de la progresiva autoliberación del hombre. Encontramos el lenguaje, la ciencia, la religión, el arte como las variadas fases del proceso. Para que el hombre pruebe edificar un mundo ideal. Sin olvidar las tensiones y las fricciones los contrastes y conflictos entre poderes del hombre que obedecen de diferentes principios pero que a la vez se complementan y armonizan. Como en el caso del “arco y la lira” Tenemos así, que el Antropologismo ofrece un análisis detallado de las diferentes virtudes del hombre. Dicho análisis nos da una pauta para seguir intentando dar solución al problema planteado.

Respecto al conocimiento de la naturaleza humana, distintas disciplinas como la Psicología, la Antropología, la Filosofía moderna y otras, se encuentran en condiciones satisfactorias, en relación con el conocimiento del hombre. Sus descubrimientos se han ido enriqueciendo día con día Los datos de la naturaleza del hombre se han multiplicado de acuerdo con su objeto de estudio; cada disciplina se ha dedicado al estudio del hombre, pero corresponde a la Antropología filosófica enlazar los diferentes conocimientos para poder dar una posible respuesta a la pregunta sobre la esencia del hombre.

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