jueves, 4 de noviembre de 2010

EL POSITIVISMO


Otra doctrina filosófica importante del siglo XIX es el positivismo. Surge en Francia en el siglo XIX como una postura filosófica derivada del empirismo, y se basa en las ciencias experimentales, las cuales lograron gran desarrollo con el apoyo de la sociedad Capitalista. Los científicos adhirieron a esta corriente, sobre todo los físicos, químicos, psicólogos y sociólogos, quienes vieron en ella la justificación de su propio quehacer.

Esta corriente trascendió en nuestro siglo, dando lugar a corriente como el Positivismo lógico y el Neopositivismo o Filosofía analítica.

El Positivismo tiene su génesis en los filósofos franceses y sus principales representantes son Saint-Simón, Augusto Comte y Herbert Spencer, entre otros; los dos últimos influyeron en la mentalidad de los filósofos latinoamericanos. En México, el Positivismo estuvo representado de manera particular por Gabino Barreda y Justo Sierra quiénes impulsaron una educación positivista con la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria con el apoyo del gobierno porfirista.

Augusto Comte (1798-1857), es el creador o padre de la filosofía positivista cuyos antecedentes están en las ideas de su maestro Saint Simón. La filosofía comtiana se encuentra expuesto de manera sistemática en sus obras: Curso de Filosofía positiva (1829), El sistema de política positiva y catecismo positivista (1851-1854), El discurso sobre el espíritu positivo (1844) y El discurso sobre el Positivismo (1848).


El tema central de la Filosofía positivista es el que se refiere a la Ley de los tres estados que recorre el espíritu humano, pero cabe considerar que, aunque la teoría de las leyes del espíritu humano había sido ya visualizada por Pascal, tratada por Condorcet y hecha la distinción entre las tres edades por Turgot, sin embargo, sólo Comte pudo convertirla en el fundamento de un sistema filosófico. Según esta ley, el espíritu humano pasa por tres tipos de mentalidades a través del tiempo: los estados teológico, metafísico y positivo.

El estado teológico refiere los fenómenos a la acción y la voluntad de los dioses, emplea la imaginación y su descripción es mitológica. Este estado se manifiesta en tres fases: fetichismo o animismo, politeísmo y monoteísmo. En el primero todas las cosas poseen un espíritu, en el segundo son los dioses quiénes manifiestan su voluntad en las cosas y los hombres, y en el tercero todo sé absolutiza y se centra en un solo dios.

En el estado metafísico el hombre recurre a entidades metafísicas o seres abstractos para explicar los fenómenos, y dichas causas son inherentes al fenómeno: utiliza la imaginación sobre la razón, pero su explicación es inmanente al objeto.

El estado positivo es aquel en el que el hombre se atiene únicamente a los hechos conocidos por la observación y la experiencia, se vuelve relativo al objeto sin remitirse al absoluto y se opone a los estados anteriores.

Los tres estados pueden coexistir, pero siempre predomina uno de ellos en la época y en los pueblos, por ello la ciencia suplanta y reduce a falsos los demás estados, pues lo único verdadero es la ciencia. La Ley de los tres estados queda demostrada por tres procedimientos mentales que el hombre utiliza en la comprensión de la realidad: la inducción, la analogía y la demostración.

Por la inducción, tanto la Historia como la Sociología demuestran que el hombre es un ser que evoluciona en diferentes planos, y en el intelectual se manifiesta como tal ley.

Por analogía, todo hombre pasa por los tres planos según su edad: niñez, juventud y madurez.

Por demostración, si el estado positivo es definitivo y perfecto, supone la existencia de los estados anteriores que le preceden.

En el estado positivo el ser humano se atiene al conocimiento obtenido a partir de la observación científica

La Filosofía positiva Para Augusto Comte significa la síntesis de los conocimientos y utiliza el calificativo de positiva para quitarle el resabio metafísico. De la misma manera, aplica el sentido de lo positivo como lo real, lo útil, lo cierto, lo preciso, lo orgánico y lo relativo.

El Positivismo es una forma de empirismo porque no admite otra fuente de conocimiento que no sea la experiencia sensible externa y niega que la introspección sea un método científico, porque considera a la conciencia como una facultad orgánica que es incapaz de autoconocerse y de reflexionar.

Por otra parte, según el positivismo la Filosofía es la síntesis de las verdades adquiridas por las diferentes ciencias: es la ciencia general que organiza los conocimientos de las demás ciencias. Comte afirma que el conocimiento científico tiene por objeto los fenómenos y sus leyes. Las leyes científicas constituyen en sí mismas fenómenos, hechos generales, en tanto que establecen relaciones constantes entre los fenómenos.

La ciencia renuncia así al conocimiento de causas (conocimiento metafísico), ya que éstas no son de ninguna manera datos de la experiencia. En este sentido, la Ciencia es relativa, en oposición a la Teología y a la Metafísica, las cuales estudian lo absoluto. La Ciencia es un conglomerado de conocimientos perfectibles que progresa constantemente en función de los nuevos conocimientos científicos.

A juicio de Comte, Filosofía tiene la tarea de clasificar a las ciencias, puesto que éstas no son independientes sino subordinadas unas a otras según el nivel de simplicidad de su objeto y la generalidad de sus leyes. De ahí que a mayor simplicidad y abstracción del conocimiento corresponda a una mayor generalización en sus leyes. Por esta razón, una ciencia inferior depende de la superior, de tal manera que la clasificación de las ciencias- que va de lo más abstracto y simple a lo más concreto y complejo, además de seguir un orden lógico, sigue un orden cronológico.



De esta manera, en primer lugar están las Matemáticas, en segundo la Astronomía, en tercero la Física, en cuarto la Química, en quinto la Fisiología y, por último la Sociología culmina y corona el conocimiento científico, pues la diferencia entre los animales y el hombre es el progreso social; la célula social es la familia que representa a la sociedad elemental.

El método que emplea la Sociología es igual al de las Ciencias Naturales, por ello se le llama Física Social (termino creado por Augusto Comte). Emilio Durkheim desarrolló las reglas del método sociológico afirmando que los hechos sociales son cosas y, como tales, es necesario aplicar la observación como en la Física. En este sentido, la vida social es natural para el hombre y las condiciones de la sociedad son las instituciones y las funciones. Las instituciones son las condiciones objetivas (familia, lenguaje, etc.), mientras que las funciones son las condiciones subjetivas (fuerzas sociales, autoridad, religión).

Acorde con todo lo anterior, la evolución es un progreso y en el plano de la actividad el progreso surge de la industria mientras que en el plano moral el progreso sustituye el egoísmo por el altruismo. No hay derecho, sólo deberes y esto es el altruismo: todo para los demás, pues el deber es amor.

La problemática planteada por Comte responde a la necesidad de buscar el reconocimiento de las Ciencias Sociales y, como puedes apreciar, la Filosofía positiva constituye el fundamento y justificación del rango científico de las mismas. El Positivismo es la respuesta a la problemática que plantea la falta de justificación y legitimación del sistema capitalista, por lo que se constituye en la filosofía del mismo con el lema: “Orden y Progreso”, con su reclamo de partir de “lo dado o de los hechos y concomitante rechazo a la metafísica”.

No hay comentarios: