lunes, 22 de noviembre de 2010

Comprender los problemas éticos y ontológicos derivados del Vitalismo (El ideal estético y el superhombre)


El tema central de esta filosofía es la vida humana, uno de sus mas destacados representantes es el filósofo Friedrich Nietzsche. Nació el 15 de octubre de 1844 en la ciudad de Röcken, Alemania. A los cinco años quedó huérfano de padre, viviendo en un ambiente femenino al lado de su madre, hermana y unas tías. Siempre tuvo problemas de salud; en sus últimos años llegó a perder la razón y estuvo internado en una casa para enfermos mentales.

Algunas de las personalidades que directamente o indirectamente influyeron en él, como estudioso fueron: Ritsche, profesor de la Universidad de Bonn y Leipzig; Arthur Schopenhauer, cuya obra filosófica Nietzsche conoció y leyó con verdadero entusiasmo; Erwin Rohde, gran conocedor de la cultura de los griegos de la Antigüedad, y Richard Wagner, músico, compositor y dramaturgo alemán (1813-1883), a quien conoció y admiró, pero también de quien quedó fuertemente decepcionado hacia el año de 1876 por considerar que en la obra wagneriana hay pompa nacionalista y un resurgimiento y exaltación de los temas, principios y valores cristianos más decadentes.

Incluso hace pública su ruptura con Wagner y el wagnerismo en 1877, y escribe Ecce homo, que describe como un ataque al crucificado, es decir, a los valores y principios de la cristiandad, motivo por el cual se había sentido decepcionado con el músico alemán.

Hacia 1873 y 1875 comienza a padecer fuertes dolores de cabeza y crisis nerviosas que lo obligan a un retiro forzado para descansar en Sorrento Baden, y otras ciudades que visitó posteriormente por problemas de salud. Por ejemplo, en una clínica psiquiátrica de Jena se le diagnosticó parálisis cerebral.
Vivió sus últimos años en compañía de su madre y su hermana, y murió en la ciudad de Weimar, en casa de su hermana Elizabeth, el 25 de agosto de 1900, a la edad de 55 años.

Entre las principales obras de Nietzsche podemos mencionar las siguientes: El origen de la tragedia (1872), Humano, demasiado humano (1878), La Gaya ciencia (1882), Más allá del bien y del mal (1886), y Así hablaba Zaratustra (1887), publicada en español con el titulo Así habló Zaratustra.

Nietzsche pretendió impulsar los valores de la vida en oposición a todo aquello que la pretenda negar. En ese sentido, se opuso al racionalismo y al cristianismo, ya que la razón controla y reprime al instinto como impulso vital básico de nuestras vidas, mientras que el cristianismo exalta valores como el sacrificio, la abnegación, el sufrimiento, el amor incondicional al prójimo, etc. Nietzsche consideraba que la moral cristiana sólo es una moral de gente débil, una moral de esclavos y lo que hay que impulsar es una moral de amos, de señores; una moral de los fuertes, no de los débiles. En la moral de los fuertes se impulsa la vida, la salud, la fuerza, el orgullo, es decir, un espíritu humano noble y sano; la cristiandad y sus valores, según Nietzsche, promueven lo opuesto y por ello deviene en una moral decadente.

Nietzsche propuso eliminar los valores cristianos, pues en la cultura occidental han hecho demasiado daño al igual que la razón. En consecuencia, también se manifiesta contra Dios o cualquier principio trascendente como el fundamento, origen y fin de la moral. Nietzsche declara la muerte de Dios había muerto, o que deberíamos declarar su muerte, pues este ser supremo se presenta como el tirano que con la imposición de sus valores de humildad, amor y sumisión destruye los verdaderos valores de la vida humana. Dios reprime y destruye, anula la voluntad de poder.

Según el autor El origen de la tragedia es necesario rechazar la hipocresía cristiana, y cultivar nuestra voluntad de poder. En la medida en que lo hagamos así, estaremos superando a esos hombres comunes y cultivando al verdadero hombre, al Superhombre, es decir, al hombre crecido y liberado por haber sido auténtico y honesto ante su libertad de poder. Cuando Dios, los dioses, o los ídolos llegan a su fin, a su ocaso o crepúsculo, el hombre crece, da pasos hacia ese fin que es el Superhombre; pues estos hombres comunes que ahora somos, no somos más que una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, y somos una cuerda que está sobre el abismo.

En general, la Filosofía de Nietzsche es de carácter anti-racional; él es un pensador que bien puede clasificarse como irracionalista. a demás de vitalicia. En su filosofía, la esencia o aspecto más significativo de la vida está en la voluntad de poder. Esencia que es un instinto fundamental de vivir, un apetito o de ansia de vivir que encuentra su freno en la razón.

Así, por ejemplo, los individuos cuya vida se desarrolla con la mayor intensidad pasional o instintiva, los menos racionalmente reprimidos son los que están más próximos a la vida ideal en el sentido nietzscheano. Y los menos intensos, lo social e individualmente más reprimidos por la razón, serían los más alejados. En ese sentido, por ejemplo, el adolescente que se opone consciente o inconscientemente a la normatividad socioracional que pretende atraparlo o asimilarlo a su servicio, es una especie de héroe anónimo nietzscheano. El adolescente común ni siquiera sabe como, pero quiere vivir y en ese afán va contra todo obstáculo, racional o no. Desfoga su voluntad de poder con una fuerza casi animal, pero asimismo, y con frecuencia, se hace trizas ante los muros, pasadizos y cautiverios de la racionalidad socialmente organizada.

Las grandes personalidades, los hombres y mujeres selectos, los héroes, generalmente han explayado su vida dando ”rienda suelta” a su voluntad de poder. En oposición están esos hombres y mujeres masa, esclavos del sistema racional de vida que no se atreven a ir en contra de la normatividad. Aquellos son como señores, éstos como esclavos.Aquellos dispuestos a irrumpir, a transgredir el orden; empeñados en hundirse en la subordinación y en los prejuicios.

Para Nietzsche, la vida es la realidad básica, por ello su filosofía implica un vitalismo. El hombre se encuentra con que le han dado la vida de un modo gratuito, sin hacer nada para conseguirla. Pero una vez que la posee, él se constituye en exclusivo dueño de su vida, y el único responsable. Todo lo anterior para que el hombre sienta verdadero apetito de vivir y considere la vida como el supremo valor. Por consiguiente, el ansia de vivir no se funda en ningún otro valor distinto de la propia vida; nada tiene valor sino en subordinarse; se vive para y por la vida, siendo ella su único fin.

En otras palabras, para Nietzsche la vida ideal estaría significada por la ausencia total de represiones o “ataduras”, que obstaculicen nuestra voluntad de poder. Ello se ha dado en los grandes hombres y mujeres, y como por oposición denigrante, inhumanamente no se ha dado en los esclavos, mediocres o pusilánimes que arrastran una vida de sombras y no de verdaderos hombres o superhombres.

La vida ideal será la del superhombre (concepto que más adelante precisaremos). La vida ideal implica encauzarnos hacia el ideal estético, que consiste en dar la satisfacción adecuada y plena a nuestros sentidos. Así, Nietzsche fomenta y recuerda el culto de los griegos de la Antigüedad a Dionisio y Apolo. Lo dionisiaco y lo apolíneo, son constitutivo de la vida ideal. Esto no quiere decir que Nietzsche estuviera proponiendo el resurgimiento de una antigua mitología o religión, sino que simplemente indica que la satisfacción plena y estética de nuestra percepción, tendría semejanza con la que lograban los báquicos o dionisiacos en sus fiestas, en oposición a la resignación y callado dolor del sufrido cristiano, del crucificado que desaparece apareciendo Dionisio, metafóricamente hablando.

Por otra parte, ese ideal estético de satisfacción plena culmina con lo apolíneo, con lo bello, armonioso y esplendoroso. Al estilo del dios Apolo de la mitología griega, Dionisio y Apolo son elementos de semejanza que se incluyen en lo que para Nietzsche es el ideal estético humano del superhombre.

Concretamente, ¿qué respuestas encontrarían en la Filosofía de Nietzsche a los problemas éticos, gnoseológicos y ontológicos?

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