miércoles, 1 de septiembre de 2010

3. La Reforma


La Reforma impulsada por Martín Lutero.
La Reforma es un movimiento eclesiástico, religioso y en cierto sentido cultural, que surge al interior de la Iglesia católica, impulsado por Martín Lutero (1483-1546), quien hacia 1517 en Wittenberg hace públicas sus famosas 95 tesis, las cuales son una crítica a la Iglesia católica por sus excesos, abusos y el ambiente cortesano que privaba en Roma con Julio II.
Hacia 1519 se separa de la Iglesia romana, se declara en contra de la infalibilidad del Papa y los concilios. Y aunque su crítica a la Iglesia y su replanteamiento religioso en general, se basan en las Escrituras, en 1520 la bula Exsurge, Domini condena sus errores doctrinales y en 1521 es excomulgado.
No obstante, esta reforma impulsada por Martín Lutero, y continuada relativamente por Juan Calvino es decisiva para la comprensión de mundo moderno, ya que, con esta se expusieron los abusos y excesos de la Iglesia, a la vez que negaba que el poder pontificio fuese divino. En consecuencia, la institución de la Iglesia, siendo terrenal y humana, no poseía la facultad de otorgar o negar la salvación del alma humana, puesto que ésta se conseguía por la fe en la existencia de Dios. Esta tesis justificaba su rechazo a la venta de indulgencias (perdón de las culpas cometidas a cambio de retribuciones económicas o de otra índole, tales como favores especiales a la Iglesia o con alguno de sus representantes), así como también para exigir la reforma de la Curia (gobierno de la Iglesia católica) al pedir la suspensión del celibato y algunas conductas monásticas.
Para el luteranismo, el único medio que puede proporcionar la verdad religiosa es la Biblia y su interpretación no depende del clero sino del estudio exclusivo e individual.
La reforma que propuso Lutero para la Iglesia se contempla como un subjetivismo religioso: la Iglesia no debe erigirse como un dictador que legisle y juzgue con un principio dogmático; la conducta religiosa no debe pertenecer a la institución, sino al hombre mismo.
Como eco de las teorías luteranas, Juan Calvino lleva la reforma a Francia y Suiza y añade a la misma las siguientes propuestas y afirmaciones: eliminar el culto a los santos, imágenes, reliquias, etc.; Dios bendice económicamente a sus elegidos; toda ley proviene de Dios, pero al llegar a los hombres se ajusta a las circunstancias y condiciones terrenales.
Inicialmente en Europa, Lutero y Calvino plasmaron sus ideas en libros que difundieron sus pensamientos, gracias a la invención de la imprenta por Gutenberg, instrumento indispensable para la difusión de la cultura.
A pesar del estilo satírico con que Erasmo de Rotterdam representó a la Iglesia romana (Elogio a la locura), se le aceptó como divulgador de la Filosofía cristiana, y pregonó bajo el influjo renacentista una nueva Edad de Oro, con el objeto de conciliar extremos y evitar con ello la fragmentación que se vislumbraba en la Iglesia católica con el surgimiento del protestantismo.
Mientras tanto la reacción en contra de las tesis de Lutero y Calvino no se hizo esperar. En España el movimiento llamado “contrarreforma” convocó a la comunidad católica a un concilio en Trento, Italia, con la consigna de frenar el avance del protestantismo y proponer algunos ajustes en el interior de la Iglesia.
Con el mismo espíritu combativo los miembros de la Compañía de Jesús (jesuitas) se autoconsideraron soldados de Dios, y se distribuyeron por todo el confín en labores misioneras (logrando gran influencia en el continente americano).
No podemos olvidar mencionar al famoso y temido Tribunal de la Santa Inquisición, que también hizo campaña al respecto, pero con métodos mucho más drásticos.

b) Juan Calvino continuador de la Reforma.
Pensador religioso nacido en Francia y cuya vida transcurrió de 1509 a 1564, puede ser considerado como el continuador de la Reforma protestante, impulsada inicialmente por Martín Lutero. Hacia 1533 y 1534 renuncia a sus beneficios eclesiásticos y abandona el catolicismo para profesar las tesis de la Reforma protestante. En 1536 termina de escribir su obra principal que es Institución de religión cristiana, y se convierte en líder religioso que encabeza la Reforma protestante en contra del catolicismo.
En 1559 funda en Ginebra una universidad que llega a convertirse en el centro intelectual de la Iglesia reformada. Y en su calidad de líder reformista eclesiástico y religioso, sus enseñanzas son escuchadas y respetadas por sus discípulos, como a las de un verdadero maestro.
Conforme a la doctrina de Calvino el éxito económico en la vida social del hombre, es un signo de aceptación que lo salva de la culpa y el castigo proveniente del pecado original.
Tesis ésta que según Max Weber en su texto La ética protestante y el surgimiento del capitalismo, se encuentra en las bases mismas del surgimiento del capitalismo moderno.
El siglo XVI fue tiempo de crisis, inestabilidad y angustia para el mundo europeo en general y el religioso en particular. Las prédicas que emanaban de la Iglesia no satisfacían el nuevo orden mundial y en torno de ésta se dieron tres posturas fundamentales: los que se revelan o protestan contra la Iglesia católica (Lutero y Calvino); los que pugnan por su modificación desde dentro (Erasmo de Rotterdam), y quienes reaccionan contra la rebeldía protestante (jesuitas).
Sin lugar a dudas uno de los pilares ideológicos que más influyó en esta época fue el religioso, con el cual se interpretaban de manera sumamente rígida, impositiva y unilateral, no sólo problemas de fe y salvación de almas, sino también asuntos

EXPLICACIÓN INTEGRADORA
Estado, de organización militar, de tesorería y físico, así como ético, ontológico y epistemológico.
La Reforma impulsada por Martín Lutero y Juan Calvino, llega a ser un factor de gran importancia que fracturó el poder monolítico y absolutista que económica, política y socialmente llegó a detentar la Iglesia católica durante todo el medievo. Y merced a esta reforma, por una parte en el plano eclesiástico-religioso, se comenzó a romper o deconstruir el paradigma epistémico medieval que había prevalecido durante aproximadamente mil años. Y simultáneamente esa Iglesia reformada, representaba el inicio, en el plano eclesiástico-religioso, del nuevo paradigma de la modernidad, que comenzaba a construirse. La Reforma o Iglesia reformada iniciada por Lutero y continuada por Calvino, representaba a la nueva Iglesia requerida por la burguesía emergente del capitalismo moderno y en oposición a esa antigua Iglesia medieval estrechamente vinculada al régimen feudal económico-político-social de la Edad media.
En el plano eclesiástico-religioso la Reforma es como una punta que comienza a resquebrajar al paradigma epistémico medieval. De manera que en ese entonces, a través del movimiento, opositor, de la Contrareforma la Iglesia tradicional se aferra a ese pasado medievalesco. En tanto que la Iglesia reformada representa, en ese plano, a la nueva Iglesia, al protestantismo del capitalismo moderno.
Con la Reforma, en el fondo asistimos no a un movimiento religioso, sino a una pugna que ocurría en el seno de la Iglesia católica de corte medieval, y en plena época renacentista europea, por la disputa de ese poder que excesiva y corruptamente se había ejercido durante tantos siglos. De modo que la Iglesia tradicional era signo de oscurantismo y pasado, en tanto que el protestantismo burgués era signo de capitalismo moderno y progreso que veía hacia el futuro. Es decir que la Iglesia reformada significaba el inicio de la modernidad, dentro de ese complejo contexto histórico-cultural del Renacimiento.



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